Son ciborgs, no son humanos, llevan piedras en sus mochilas para intentar engañar a la peña pero yo os tengo "calaos", las personas normales no patean de esa manera.
Cuando el despertador suena me provoca una nausea porque se lo que hoy me espera, y es que ya se sabe que sarna con gusto no pica, pero me mortifica, desayunamos tranquilamente, hacemos la mochila, la comida, hacemos una puesta en común acerca de la ropa que vamos a llevar etc etc... A las ocho y treinta estamos en la rotonda de El Berrón esperando por el resto del equipo que llega con puntualidad inglesa. Ya salen todos del coche en pantalón corto, mallas, gorrita... A las once de la mañana y previa parada en Arenas de Cabrales a repostar los niveles de azucar nos echamos las mochilas a llombu y empezamos a caminar dirección a la Terenosa, al principio vamos todos en grupeto, lo cual me resulta extraño, incluso llegamos a la Terenosa todos juntos. Creo que aquí el juez de carrera va a dar la salida lanzada, comento con Sandra. Dicho y hecho, veo que Borja empieza a tirar, tirar, tirar...Sin embargo veo que los demás se apiadan de mí y continuan a mi alrrededor echándose unes rises.-Vaya bien que voy (pienso para mi) soy capaz de subir a ritmo de los demás. A Borja ya ni lu vemos, veo que Sandra va poco a poco sacándome distancia en un mano a mano con el señor Pablo. Siento que alguien me va metiendo morro, miro por el retrovisor y veo a Fabián con cara de majareta, ante lo cual opto por echarme a la cuneta, me pasa como un tren de carretera, incluso creo que me llegó a bambolear del viento que provocó, Javi sale a su rueda. Raúl y Odón a los suyo,o sea, a subir a ritmo mientras van cantando, echando unes rises etc etc... Sandrá se apiada de un pobre moribundo y me acompaña en toda la subida hasta el refugio de Urriellu. LLego con los intermitentes de emergencia puestos, hago de tripas corazón y cuando los demás me preguntan digo. -De puta madre, una subida gastando lo mínimo. Engullo una barrita y dos kilos de avellanas y junto a mi inseparable Sandra salimos primero que ellos del refugio en dirección a la corona el raso. Ni siquiera me da tiempo a comenzar a subir, los jabalies ya me respiran en el cogote, logicamente me hago a un llau y dejo que los profesionales pasen. -Algún día os tocará poneros un arnes y agarraros a una cuerda y entonces vais cagar "trito" y me resarciré viendo como os "cagais" pa seguirme pared arriba "cabrones". Una trepadina nos lleva a la corona el raso a donde llego con el pañuelu blancu sacau por la ventanilla. Odón insiste en que tenemos que subir hasta el collada arenera pero ya vamos justos de tiempo y la verdad no nos apetece tener que bajar de noche hasta Pandébano. Nos despedimos y les deseamos suerte, aunque se que no la necesiten son de la vieya escuela, de los del quesu curau y el chorizu en la mochila, vamos de los que patean en plan bestia. Los vemos subir hasta que desaparecen tras una loma, sacamos las últimas fotos y poquito a poco bajamos de nuevo hasta el refugio en donde me tomo una "duerna" de café y en otra hora y media estamos en el coche. Seguro que los que quedaron arriba han llegado al refugio de noche después de haberse metido en algún "embolao", como que no los conociese...
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